De los hijos de Ángel Bravo y Leonor Ramírez destacaría Armando, quien al fallecimiento de Juana Rivadeneyra, sus hijas Clotilde y Luz lo tomarían a su cargo y le prestarían atenciones, así como lo apoyarían para convertirse en destacado arquitecto. Arquitecto Armando Bravo junto a la capilla de las Animas que construyó. Grabado del maestro Gregorio Zoza La desaprobación de esa desavenencia familiar entre Ángel y su madre quedó claramente advertida en la disposición testamentaria de Juana Rivadeneyra, pues siendo el único varón no fue designado albacea de la familia, sino Clotilde Bravo y a falta de ella, su hermana Enriqueta. Además instituyó como únicas herederas de los bienes a sus hijas: Clotilde, Enriqueta y Luz. Para Ángel únicamente se le daría: Sexta: A mi hijo Ángel Bravo de Rivadeneyra, lo instituyo y nombro heredero por lo que respeta únicamente a las siguientes fincas de mi propiedad, a las que fueron ...