MUERE EL SOL EN LOS MONTES...
25 de agosto de 2017 viernes
Doña Josefina Villar Gámez (mi abuela
materna), contaba que su abuelo siendo un niño, debió haber llegado a las
costas de Huatulco en la nao de China a principios del siglo XIX, por allá de
los años de la Independencia; por ende su señor padre, Don Juan Francisco
Villar (llevaba únicamente el apellido de la madre), nació en Juchitán, Oaxaca,
en el año de 1851. Josefina, heredera de los ojos de chale del juchiteco, vio ya
en Jalapa la luz primera el 31 de octubre de 1897 y nunca negó sus ancestrales
raíces oaxaqueñas.
Los hijos
de doña Jose (el Chava, el Chueco y el Paquín, Díaz Villar), siempre en su
cumpleaños la festejaban de manera improvisada; no era para menos, los tres
eran excelentes músicos y mejores músicas, y aunque nunca ensayaban juntos,
interpretaban muchos valses de manera magistral.
A Josefina le gustaba cantar el himno de los
oaxaqueños, el vals DIOS NUNCA MUERE, y antes de entonarlo, platicaba algunos
pasajes que conocía de su autor don Macedonio Alcalá, el hijo pródigo de
Oaxaca. Relataba que le apodaban "tío Macedas" y que nació en el año
de 1831, al año exactamente del alumbramiento de otro admirable oaxaco, el
general Porfirio Díaz Mori.
Josefina opinaba que los buenos músicos eran
divinamente elegidos, que vivían poco tiempo, ya que el dios Baco los seducía,
los atrapaba y se los llevaba para que le cantaran a otras deidades; Macedonio
no fue la excepción, el famoso VIOLÍN AMARILLO que siempre lo
acompañó, tuvo que ser vendido para darle un alivio a su situación financiera
venida en decadencia por la fuerte afición y adición a los mismos tragos del
bohemio: “ron, whisky o ajenjo”.
Era de esperarse, el Tío Macedas murió de
cirrosis hepática el 24 de agosto de 1869; Josefina,
pidió que le dieran un acorde en Re menor y se arrancó a cantar: "—Muere
el sol en los montes, con la luz que agoniza, pues la vida en su prisa, nos
conduce a morir…", al terminar su canción, todos aplaudimos y con
ojos humedecidos ovacionamos por la alegría contagiosa de LA ABUELA y por la
aseveración tan certera del Tío Macedas.
¡Abuela, te sigo llevando en mi corazón!
Amigos, don Óscar Wilde nos dejó esta
frase: "el arte de la música es el que más cercano se halla de las
lágrimas y los recuerdos"
Ánimo ingao...!!!
Con
el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.