Arte para la edificación social
Por Jorge Vela
Entre
1970 y 1973, en los pueblos al sur de Xalapa fueron realizadas diversas obras
de pintura, altorelieve y escultura que destacan por formar parte de espacios de
intensa actividad ciudadana. El hilo que vincula estas composiciones es Teodoro
Cano, heredero de la tradición nacionalista e icónico director del Taller de
Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, quien desde su cátedra buscó
materializar estos proyectos públicos para la edificación social.
Propio de su formación, el maestro Cano
tenía la intención didáctica y postrevolucionaria de enlazar el quehacer
académico con la ejecución y plasmar por medio del arte testimonios sobre la
vida, los valores y las tradiciones mexicanas. Es así como desde su posición
entra en contacto con algunos funcionarios locales y realiza diversas gestiones
para que con su ayuda se materialice tal aspiración. Por aquel entonces, los
señores Rafael Tejeda Soto, Álvaro Gómez Domínguez y Emilio Polanco Servín,
presidentes municipales de Teocelo, Xico y Coatepec respectivamente, observaron
con agradado tal ímpetu y no dudaron en apoyarle. Obtenidas las facilidades,
Teodoro comunicó a sus alumnos la labor que se les presentaba: hizo partícipe a
los integrantes del taller para crear piezas de manera colectiva con el
objetivo de generarles experiencia en el gran formato (Reyes Díaz,
2019)
y aportar a la sociedad una visión plural de la misma. Como resultado, siete
obras de casi medio siglo de existencia forman parte de este esfuerzo artístico
y político para llevar la cultura a un público que no pertenecía a las grandes
ciudades.
La cronología que se ha podido reconstruir
nos indica que la primera obra que se materializó en los municipios cafetaleros
fue La vida y obra de Benito Juárez,
un mural ubicado en el cubo de las escaleras del Palacio Municipal de Coatepec
que se proyectó para conmemorar el centenario luctuoso del Benemérito de las
Américas en 1972. A continuación, se erigió el monumento Mujer Xiqueña desplantado en la concurrida calle de Hidalgo esquina
con Matamoros así como el mural del Salón Social “Benito Juárez”, ambos en Xico.
Del primero, la señora Dolores Fuentes (2020) informa que fue
entre el alumnado de Cano que germinó la idea de honrar al sector femenino cuya
estampa más típica era la cortadora de café. Posteriormente se realizó el mural
del Centro de Salud “Amelia Cerecedo” de la ciudad de Teocelo cuyo temática es la
familia como célula de la sociedad. Hacia
1973 el Taller se trasformó en Escuela (Diario de Xalapa, 2019) y a pesar de los
retos inherentes al cambio, el papanteco llevó a cabo dos obras más: la
escultura Crucero en un entronque
carretero de Xico y el altorrelieve Ocelote
Divino en un costado del parque de Teocelo. Ambas se produjeron con la
manufactura de Froylan Tejada y los indicios señalan la ausencia institucional
del taller. Teodoro se apartó de la universidad en 1974 pero esto no significó
su cese de actividades en la región. En 1976 dirigió la Escuela de artesanías
del INMECAFÉ con sede en Coatepec y en el edificio del plantel, localizado en
la calle de Constitución, el maestro proyectó un mural en el que se retrata a
tres recolectoras, a sus hijos, la artesanía, el cerro y el poblado.
El texto forma parte del segundo número de la revista del Círculo la cual puede leer de manera íntegra en https://bit.ly/2KDLU59