El pan en México y su tradición en Coatepec
Por Jorge Vela
Hoy en día, es difícil pensar en
la gastronomía mexicana sin remitirnos al pan; este alimento, tan enraizado en
nuestra cultura, forma parte de la canasta básica y es consumido a diario por
millones de personas. Su relevancia es tal que, como elemento simbólico, es
insumo obligatorio en diversas celebraciones nacionales. Pero ¿desde cuándo se
consume pan en México? y ¿por qué este alimento es tan popular?
Si entendemos el pan como un producto elaborado a partir de harina de
cereal, cocido, tostado u horneado, podremos observar que las culturas
mesoamericanas ya tenían conocimiento de él; ejemplo de esto son los derivados
de maíz. Fray Bernardino de Sahagún
El pan de maíz, alimento preferido entre los grupos mesoamericanos. |
- Totonqui tlaxcalli
tlacuelpacholli: tortillas blancas, calientes y dobladas.
- Ueitlaxcalli, tortillas
grandes, muy blancas, muy delgadas, anchas y muy blandas.
- Quauhtlaqualli; son muy
blancas, gruesas, grandes y ásperas
- Tlaxcalpacholli: blancas, y
otras algo pardillas, de muy buen comer.
- Tlaxcalmimilli; son rollizos
y blancos, de una longitud de un palmo o poco menos.
- Tlacepoalli ilaxcalli, que eran ahojaldradas.
Con la llegada de los europeos, las formas y técnicas ancestrales de la
panadería mesoamericana, se vieron transformadas, y si bien, muchas de sus
características se han perdido en el tiempo, es por medio de la tradición que
sobreviven. Aún es posible disfrutar panes como el cocolli, con su característica forma “torcida”, los diversos tipos
de tamales y otros bollos elaborados con harina de amaranto,
por mencionar algunos.
La importación de un nuevo pan
Bizcocho de marinero. PARES. |
Es posible que los primeros panes extranjeros traídos a Mesoamérica no
hayan sido elaborados exclusivamente de trigo. Bernal Díaz del Castillo
Tras la instauración del poder español, muchos productos y servicios
buscaron satisfacer las necesidades del creciente número de colonos: la
industria alimentaria no fue la excepción. En lo que respecta al trigo, se
desconoce cómo llegó a Nueva España, pero se cultivó a razón de lo impráctico
que era importarlo desde las Antillas o la metrópoli
El cultivo se propagó por áreas más allá de la cuenca de México, y fue
el valle poblano-tlaxcalteca donde su exploración consolidó el núcleo agrícola
más importante del virreinato
Los intentos por introducir el trigo a Xalapa, debieron esperar hasta
las últimas décadas del siglo XVI, para que acaudalados latifundistas
emprendieran la plantación de trigales.
Los primeros heridos de molino[5]en la provincia de Xalapa
La escasa información relativa al
trigo en el Archivo Notarial de Xalapa, recalca que el cultivo fue un concepto
agrícola poco exitoso en la provincia durante el siglo XVI. Apenas se tiene
referencia de una explotación en 1585, año en el que Melchor del Moral y Juan
Martín acordaron sembrar la gramínea en Coatepec, valiéndose de los fértiles
llanos próximos a la tierra caliente. Por aquel entonces, la caña de azúcar se
colocaba como el producto agrario hegemónico que, junto con otros factores,
apartaron al trigo de los campos. Sin embargo, esta situación no restó impulso
a la industria harinera que, según la información del historiador Gilberto
Bermúdez Gorrochotegui
- De Quetzalapa, cerca de la venta[6]
de Sedeño.
- De Loayssa, próximo a la venta de Lencero.
- El de Diego Hernández Victoria, junto al
puente de Nuestra Señora de los Remedios, en el camino a Coatepec; y
- De Tlalmecapa, propiedad de Juan López Ruiz, en el río Santiago, a espaldas del convento de San Francisco.
De entre estos, el de mayor
tradición era el molino de Quetzalapa, que recibía su nombre por ubicarse en
una margen del cuerpo de agua homónimo; su primer dueño y fundador, el cura
Alonso Muñoz, introdujo la manufactura a la región en algún momento próximo a 1569
Hacia el siguiente siglo, los cuatro molinos disminuyeron sus
operaciones a diferentes ritmos, pero otros fueron construidos para ocupar el
nicho económico que habían generado. En 1629, Lucas Martín Ibáñez, maestro
carpintero que acumuló recursos prestando sus servicios en el Ingenio de La
Santísima Trinidad, fundó el Molino de Nuestra Señora la Regla en el actual
municipio de Banderilla. En fecha anterior a 1635, el molino de Río Frío fue
probablemente erigido por Roque Gutiérrez de Ceballos, que al paso de las
centurias daría forma al Barrio de San Bruno y sus industrias. Y, por otra
parte, Diego González y Rodrigo de Astudillo eran propietarios de un molino del
cual se desconoce su ubicación y fecha exacta de su fundación.
Los empresarios construyeron las manufacturas adyacentes a los ríos, que
dotaron de la fuerza motriz necesaria para realizar la molienda; y localizaron
las fábricas en las inmediaciones de importantes vías como las rutas a los
pueblos de Naolinco, Chiltoyac y Coatepec, o el Camino Real, que les dotaron de
comunicación. Por objetivo tenían surtir de harina y bizcocho al puerto de
Veracruz valiéndose de una posición adelantada respecto al valle de
Puebla-Tlaxcala.
La industria, que se había mantenido relativamente constante, decayó a finales
del siglo XIX, cuando los ferrocarriles modernizaron el traslado de mercancías:
la dilatada distancia entre Xalapa y Puebla se acortó a través de las máquinas
de vapor, y los molinos perdieron competitividad. A pesar de que la molienda se
precipitó a una decadencia, otra actividad ligada al trigo se mantuvo vigente:
la panadería.
El pan y las panaderías.
Vendedora de pan, ca. 1950. INAH |
En lo que respecta a Ciudad de México,
existió una ordenanza que regulaba el precio del pan en función de su peso (masa)
en onzas. Virginia García Acosta
- Pan especial: era el pan más fino,
reservado para altos funcionarios; incluía el pan francés, el español y el
floreado especial.
- Pan floreado: su elaboración era común y
contenía harina de primera; generalmente se hacía en forma de bollos o
roscas.
- Pan común: hecho de una mezcla de harinas
finas y gruesas, se elaboraba en todas las panaderías con una forma de
“bonete cortado”
- Pambazo: para su elaboración se usaban los
restos del cernido de la harina y harinas provenientes del trigo averiado.
Se producían pocas piezas.
- Acemita (o semita): pan de inferior calidad
elaborado, principalmente, con residuos y desechos de salvado.
Esta disposición nos habla del
importante inciso que significaba la panadería en la ciudad y de los trabajos
que la autoridad realizó para estandarizar su venta.
La navegación y la carretería[8]
también se sirvieron del pan para dinamizar sus operaciones. La elaboración,
traslado y suministro de bizcocho
para las flotas de su majestad era un rubro substancial debido a que constituía
el principal alimento de los marineros en la ruta Veracruz-La Habana-Cádiz; la Casa Provisión de Bizcocho en la Nueva
Veracruz se encargó de administrar este bastimento. De manera similar, el totopo constituía un insumo importante
en la dieta de los arrieros; diferentes mesones, hostales y cuartos para renta
ofrecían este alimento fabricado en Xico, el rancho de Zoncuantla o en Xalapa,
el cual era elaborado a base de maíz o trigo
La elaboración masiva del pan, a un nivel comercial, se consolidó en
Nueva España durante el siglo XVIII cuando aparecieron las primeras panaderías
Industria panadera en Xalapa en el siglo XVIII involucrada
en actos notariales. |
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Año |
Datos de la panadería |
Propietario/Panadero |
1738 |
-- |
Manuel Peralta, panadero |
1768 |
Panadería de la
hacienda de La Pedreguera |
José Antonio de la
Pedreguera, propietario. Juan Tornería,
panadero (francés) |
1771 |
-- |
Josefa Nicolasa de
Acosta, propietaria. |
1773 |
Panadería y tienda
mestiza |
Antonia Domínguez,
propietaria. |
1783 |
-- |
Salvador Ortiz,
panadero |
1794 |
-- |
Juan Ajustrano,
panadero (francés) |
1797 |
Panadería en la calle
de La Alameda |
Roque Ortiz,
propietario y maestro panadero |
1800 |
Venta de una casa,
tienda y panadería a Francisco Martí y Carbonell |
Manuel Antonio
Gonzáles, propietario. |
1805 |
Panaderías con
expendio |
Juan Bárcena, Antonio
Gomila, Domingo Nogueira, José García Blanco, Cayetano Gándara y José Silva,
propietarios de su respectiva panadería. |
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Con información del Archivo Notarial de Xalapa. |
Con
el ascenso al poder de los Borbón en España en el siglo XVIII, la influencia
francesa e italiana se manifestó en las artes culinarias; nuevos tipos de pan
se introdujeron a la tradición local y los bolillos, teleras y baguetes pasaron
a formar parte del catálogo local.
Bizcochos y panes dulces
Desde la época virreinal, las panaderías mantuvieron una clara tendencia
por el pan –blanco-, sin embargo, en ocasiones especiales, elaboraban pan “de
regalo” con sabor afrutado
Bizcochos poblanos. Fotog. Jorge Vela, 2018. |
“quién panadee no deberá hacer bizcochos y viceversa”
Pero también la
diferenciación entre calidades era contemplada: “cuando se trata de una mesa
bien servida, se entiende por bizcochos una clase de masas o pastas delicadas y
sabrosas, del resorte del repostero y no del bizcochero, que se ocupa de otra
especie de bizcocho más o menos comunes, que se emplean en otros usos y nunca
tienen parte en los distintos servicios de una mesa”.
El pan en Coatepec
No se tiene certeza desde cuando se consume el pan de trigo de manera
cotidiana en Coatepec, ni en qué momento se instalaron sus primeros hornos y
panaderías, pero la conexión inmediata entre esta geografía y Xalapa, así como
el establecimiento de la población española en la zona, propició el inicio de
la producción. La panificación durante la época colonial, estuvo ligada a los
espacios donde el sector europeo poseía hegemonía, por lo que seguramente, fue
en los cascos de los ingenios y posteriormente en la cabecera, donde horneó sus
primeras piezas.
El presbítero Mateo Rebolledo
Hacia 1910, se tiene noticia de La
Coatepecana, panadería y expendio ubicado sobre la segunda cuadra de la
calle de Jiménez del Campillo, junto al actual Colegio México; destacó por sus
panes “de agua” y funcionó, en su misma ubicación, hasta los años 90, bajo la
administración don Calixto Bautista. Otro establecimiento que data de la misma
temporalidad es La Xalapeña, que
posteriormente recibió el nombre de El
Resobado; sus operaciones no se han interrumpido hasta la fecha, aunque se
tiene registro que su localización ha mudado de asiento: actualmente se
encuentra en la primera cuadra de Constitución, a escasos metros del curato
parroquial. El secretario del ayuntamiento de la administración 1926-1927,
Justino Palacios, alude a la existencia de dos panaderías cuyos propietarios
eran Antonio D. Maldonado y Antonio Hernández García respectivamente, de las
cuales, no hay mayores datos.
Panadería La Coatepecana. Fotog. Atilano Pérez, 1910. Fondo García Morales. |
A través de distintos testimonios, sabemos también que el número de panaderías aumentó en la segunda mitad del siglo XX. En los años 50, la panadería de Don Inés y la panificadora La Azteca, ambas en la calle de Juan Soto, se encontraban en funcionamiento. Por su parte, La Gloria expendía pan en el barrio de La Luz y el horno de la familia Rico comenzaba sus operaciones en la cuarta de Arteaga esquina Josefa Ortiz. Hacia la década de los 80 era común ver a los recolectores de café y a los habitantes de la zona serrada adquirir su pan en establecimientos como la Minerva, ubicado en la calle Zaragoza esquina con Terán, donde cajas de pan siendo portadas por animales de carga, conformaban una pintoresca estampa.
Poco a poco, el aumento en el número de aprendices y maestros panaderos,
así como las necesidades individuales de cada uno de ellos, ha engrosado el
número de manufacturas en Coatepec. Rayné Lozada
A finales del siglo XX y principios del siglo XXI, la pastelería se
consolidó como un importante inciso del sector. El establecimiento de La Hogaza, en el supermercado Chedraui,
y la creación de La Toga, del
matrimonio Hernández Torio, se abrieron paso en el mercado local. Entre otras
tipologías populares destacan la galletería xiqueña que De Gómez ofrece
en la calle de Aldama; el pan de burro, que destaca por su gran tamaño y firme
consistencia, ofrecido por diversas personas provenientes de Puebla y Tlaxcala,
quienes lo comercializan en la vía pública; y, claro, los pastelillos de los
grandes consorcios como Bimbo, presentes en la región desde hace medio
siglo.
Mención especial reciben los panes de ocasión. El pan de muerto, el pan
de San Diego[9] y la
rosca de reyes, que son exquisiteces dotadas del estilo particular de cada
panadero.
Rayné Lozada en su panadería La Florencia. Fotog. Jorge Vela, 2020. |
Un consumo contemporáneo
Se evidencia que el pan adquirió
mayor popularidad entre los diversos sectores de la población coatepecana y
apartó su destino respecto a la producción de los grandes centros urbanos a
mediados del siglo XX. La bizcochería o, como se le llama comúnmente, el pan
dulce, se colocó como un producto preferente, desplazando al pan de sal que,
por dar un ejemplo, se ubicaba como el predilecto de los paladares de la Ciudad
de México.
El pan dulce ganó adeptos entre panaderos y consumidores de la región de
Coatepec por un motivo importante: su comercialización puede abatir los costos
de producción y obtener dividendos, según la demanda lo permita. De esta manera
han logrado subsistir panaderías más por lo emblemático de su sabor que por las
condiciones de su establecimiento.
Al día de hoy, las estadísticas a nivel nacional indican que la
panadería está conformada por, al menos, 60 mil establecimientos en toda la
república, de los cuales un 97% está integrado por micro y pequeñas empresas, siendo
la gran mayoría de ellas empresas informales.
Se estima que, en 2020, los establecimientos que manufacturan pan
sobrepasaron el centenar, solo en el municipio de Coatepec. Esto refleja del
aumento poblacional que ha vivido la demarcación, así como los nuevos nichos de
mercado que se han abierto para satisfacer al consumidor. Sin embargo, es en la
condición más tradicional que el pan ha adquirido un carácter identitario y se
ha colocado como un elemento solicitado por el sector turístico y
restaurantero. Algunos los
establecimientos más icónicos son:
Panaderías icónicas de Coatepec, 2021 |
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Panadería |
Ubicación |
Información relevante |
El Resobado |
Constitución núm. 3 |
Establecimiento en funciones con mayor antigüedad en
Coatepec. |
La Florencia |
Covarrubias núm. 66 |
Especialidad: pan de
granillo. |
La Azteca |
Juan Soto núm. 16 |
Especialidad: pambazos. |
Rico´s |
5 de mayo núm. 28 |
Su horno se ubica en
Arteaga esquina Josefa Ortiz de Domínguez. |
El Bolillo de Oro |
Mercado Miguel
Rebolledo Exterior 2. |
-- |
La Minerva |
Zamora núm. 46,
esquina Terán |
Cerrada en 2020. |
D’Gómez |
Aldama núm. 18, local
2ª. |
Especialidad en galletería
xiqueña. |
Zúñiga |
Hdz. y Hdz. núm. 262,
esquina Valerio Trujillo |
Especialidad:
volovanes. |
Chuchín |
Lucio núm. 47 |
-- |
La Toga |
Juárez núm. 50, int. C |
Pastelería |
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||
Con información del autor |
Cuando la temperatura desciende y todo es
neblina, el pan agasaja al paladar y al espíritu, acompañado de un jarro de
café. El tradicional alimento no puede faltar en cualquier mesa coatepecana y
seguramente así permanecerá por mucho tiempo más.
Mi agradecimiento a la arquitecta Dulce Sánchez por su acompañamiento en la elaboración de este artículo.
Bibliografía
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Vázquez Palacios, F. (1999). La gran
comisión: "id y predicar el evangelio". México: CIESAS.
[1] Islas Molucas, en la actual Indonesia.
[2] Provisión de comida en una embarcación.
[3] Planta de origen americano.
[4] Morales menciona que, a principios del
siglo XVIII, el valle de Puebla Tlaxcala tenía más de 300 unidades productivas
ligadas al trigo que surtían el grano, harina y bizcocho a las flotas del
atlántico, a Veracruz, al Soconusco, Yucatán, La Habana, Santo Domingo,
Venezuela y Perú, además abastecía a las ciudades mineras de Zacatecas,
Fresnillo y Durango. Esto significaba un redituable negocio para la oligarquía
poblana.
[5] Herido
de molino es un concepto arcaico que hace referencia al uso del caudal de
un cuerpo de agua para el procesamiento del cereal.
[6] Una venta u hostal era un
establecimiento común durante el virreinato donde los viajeros podrían
pernoctar o encontrar socorro durante su itinerario.
[7] La Relación de los Obispados de Tlaxcala
(García Icazbalceta, 1904) menciona que el clérigo Alonso Muñoz ya se ubicaba
en la región para 1569 y tenía a su cargo la vicaría de Tlacolula. Su
ejercicio espiritual en Xilotepec, Chapultepec, Naolinco, Tepetlan, Chicuacen,
Actopan, Coacoatzintla, Acatlán, Chiconquiaco, Miahuatlan y Almolonga,
seguramente lo proveyó de grandes capitales.
[8] Transporte a través de carretas
[9] Elaborado en Otates y Teocelo, con
características particulares cada uno.
Panadería La Florencia. Fotog. Jorge Vela, 2021. |