La Reforma Educativa de Carrillo y Rebolledo
Carlos A. Carrillo fue un pedagogo que dedicó su vida a la enseñanza del método objetivo,
corriente que recurría a la observación, la experimentación y el análisis para impartir
el conocimiento a los infantes. Se le reconoce como uno de los modernizadores
de la práctica educativa mexicana, cuyos primeros esfuerzos fueron impulsados en
Coatepec, donde encontró un aliado en la figura del impresor Antonio Matías
Rebolledo. La nación todavía debe un
reconocimiento a la obra magisterial y editorial de estos destacados
personajes, que desde una pequeña población trabajaron incansablemente, para
lograr la reforma pedagógica de su tiempo.
Carlos Arturo Carrillo Gastaldi, nació en Córdoba, Veracruz, el 27 de
julio de 1855. Sus padres fueron la maestra Carmen Gastaldi y el licencidado José
Julián Carrillo, quienes se trasladaron junto con el pequeño a la ciudad de Xalapa apenas unos meses después
del alumbramiento. Carlos aprendió las primeras letras en su hogar y posteriormente,
ingresó al Instituto Xalapeño y al Seminario Conciliar. Cursó estudios de jurisprudencia en el Colegio
del Estado y, siendo aún estudiante, impartió diversas cátedras, naciendo en
aquel momento su vocación por la práctica educativa.[1]
Cuando Carrillo Gastaldi tenía 27 años, inició una activa participación
en diferentes planteles de Xalapa. En 1879 se integró al Colegio Pestalozzi y,
un año más tarde, fundó una escuela junto a Mariano Camarillo. En 1880, su
padre, el abogado José Julián Carrillo, fue designado Juez de Primera
Instancia del Distrito de Coatepec y, por ese motivo la familia se mudó a la
entonces villa. La familia Carrillo Gastaldi estableció su residencia en la casa de altos ubicada
en la esquina de Jiménez del Campillo y el callejón de Cantarranas, hoy
denominada Hidalgo. El licenciado Darío Rebolledo auguraba que en el
futuro:
La casa [sería] mañana un lugar de devota peregrinación para todo
mexicano que sepa amar a su patria. Junto a la casa está la famosa imprenta de
“El Álbum” que en un periodo de muchos años inundó el país con libros de
instrucción elemental. Allí se imprimió el periódico “La reforma de la Escuela
Elemental”[2]
Casa donde residió la familia Carrillo Gastaldi. Fotóg. Jorge Vela, 2023. |
De tiempo atrás, Carlos contaba con la amistad de varios coatepecanos, entre los que destacaba Darío Rebolledo, quien a su vez le presentó a su primo hermano, el impresor Antonio Matías Rebolledo. Producto de la afinidad de intereses entre Matías y Carlos, se fundó la escuela de instrucción elemental Instituto Froebel, en 1881, sitio donde se ejecutaba un aprendizaje a través de la observación y la experimentación, contrario a la enseñanza memorística, empírica y rutinaria que dominaba las aulas de aquella época. El plantel se localizaba en la primera calle de Jiménez del Campillo, sitio que hoy ocupa el banco español BBVA. Dentro de la sucursal se encuentra una placa que rememora el hecho, aunque cabe señalar, posee datos ambiguos. En dicha casa no vivió el maestro Carrillo Gastaldi y, el Instituto Froebel abrió sus puertas a principios de 1881. En una edición del rotativo La Enseñanza Objetiva, se puede constatar el dato.[3]
Fotóg. Soledad García, 2016. |
Destacados profesionistas en el campo de la educación como los profesores
Quintero y Delgadillo, apuntan que Carrillo comprendió que el secreto de la
enseñanza residía en el maestro, para lo cual era necesario preparar a los educadores
y realizar una reforma escolar. Sin embargo, careciendo de recursos, planteó la
idea al impresor Rebolledo, con el propósito de convertirlo en financiador del
proyecto y así hacer que:
…llegara la ciencia
hasta los lugares más apartados del República; más no la ciencia del sabio que
se encontraba en las librerías de la Capital, sino la ciencia del niño, la
ciencia elemental que aún era desconocida en México, para lo cual habría que
traer de Europa, traducirla al idioma el país y publicarla en ediciones
económicas, cuyo precio estuviera al alcance del más humilde mentor de aldea. [4]
Con anterioridad,
el impresor Rebolledo había publicado parte de la obra del Curso de Educación e
Instrucción Primaria europeo. Su conocimiento sobre las metodologías más
innovadoras fue determinante para apoyar el proyecto que se le presentaban. De esa forma, concordando Rebolledo y Carrillo,
materializaron una verdadera campaña de difusión del pensamiento pedagógico.
Antes de El Instructor
y de La Reforma de la Escuela Elemental, el material de los periódicos
de educación era una serie de charadas, adivinanzas en verso, saltos de
caballo, fugas de vocales y de consonantes, jeroglíficos, historia de algunos
inventos, biografías de sabios de la antigüedad [y] cuentos morales […]
Carrillo, en cambio, llenó las columnas […] con los principios de las doctrinas
de Locke, Comenio, Basedow, Rousseau, Pestalozzi, Froebel, P. Girard, Marie Pape
Carpentier, Man, Baldwin, Horner, Guillé, etc.[5]
Fue así como ambos educadores se avocaron a trabajar intensamente en pro
del mejoramiento de la enseñanza mediante la capacitación del maestro y la
difusión de obras para niños. En las páginas de La Reforma de la Escuela
Elemental se publicaron casi todos los rubros que necesitaban transformarse
en el campo educativo como organización, administración, disciplina,
legislación, presupuestos, bibliotecas, metodología especial, pedagogía
histórica, etc. De tal forma que su aportación fue de vital importancia para
preparar a las nuevas generaciones que tendrían amplia participación en el
siglo XX.[6]
Más adelante, al abrirse la Escuela Normal en Jalapa en 1887, el maestro
Carlos A. Carrillo abandonó Coatepec para impartir algunas clases en esa
institución y, en 1890 partió de Jalapa con destino a la capital del país,
donde dirigiría la Escuela Práctica Anexa a la Normal de Profesores. [7]
Debido a la tuberculosis, Carrillo fallecería un par de años después, el 03 de
marzo de 1893. Por su parte, Matías Rebolledo continuó con su labor editorial
en Coatepec hasta su muerte, ocurrida en 21 de enero de 1905.
En palabras del
maestro Carrillo Gastaldi:
Educar al niño […] es
enseñarle a pensar por sí […]mismo, a expresar su pensamiento, [a] ejercitar
todas las fuerzas de su espíritu, darle impulso para que recorra su camino,
prestar alas a su actividad para que tienda el vuelo al cielo luminoso de la
verdad para la que ha nacido.[8]
Fotóg. Jorge Vela, 2021 |
Referencias bibliográficas
[1]
Lyastell Setein Bautista, La Reforma de la Escuela Elemental: Carlos A. Carrillo,
UPN, Ciudad de México, 2000.
[2]
Darío Rebolledo, Coatepec, Intelectual, Agrícola, Industrial y Comercial,
Tipografía del Gobierno del Estado, Jalapa, 1908.
[3]
“La Enseñanza Objetiva”, México, 2 de julio de 1881, tomo III, núm.27, en Soledad
García Morales, Coatepec: una visión de su historia 1450-1911, 1986,
p.143.
[4]
Gregorio Torres Quintero y Daniel Delgadillo, Artículos pedagógicos del
señor don Carlos A. Carrillo, México, 1907, Herrero Hermanos Sucesores, p.
XVIII.
[5]
Gregorio Torres Quintero y Daniel Delgadillo, Artículos pedagógicos del
señor don Carlos A. Carrillo, México, 1907, Herrero Hermanos Sucesores, p.
XX
[6]
Fragmento del texto de la exposición dedicada a la Imprenta en Coatepec, Ver.,
septiembre de 2010.
[7]
El Amigo del Pueblo, 30 de marzo de 1890, núm. 18
[8]
La Reforma de la Escuela Elemental. Periódico de Educación, Coatepec, Ver.,
Imprenta de Matías Rebolledo, núm. 2, diciembre de 1885, p.44