La bajada, parte 1


 

Por Jorge Vela

Es la tarde del 29 de septiembre en Coatepec. San Jerónimo, el Patrono del pueblo, ha descendido del altar mayor de la parroquia con el propósito de dirigirse al Llano de los Carriles, barrio ubicado en la parte alta de la ciudad, y recibir las ofrendas que los coatepecanos han tejido para él. El sol poco a poco da nitidez a su figura, la cual cruza el umbral del templo, como si se tratara de la mismísima cueva donde la tradición ubica su morada. Desde hace algunos años, un grupo de fieles ha tomado la iniciativa de adornar el dosel que cubre su litera, colocando hojas y flores de gran atractivo. Otros devotos, por su parte, han tenido a bien preparar una alfombra multicolor hecha de aserrín, cuyo trazo cubre la distancia entre el atrio parroquial y las calles Luis de San José y José María Arteaga. Los portadores elevarán a San Jerónimo en su bucólico palanquín y recorrerán el vistoso tapete hasta el barrio más emblemático de Coatepec.





Arco de la 3a de Arteaga. Fotóg. Jorge Vela.
Los cohetes retumban en los cielos: es la señal para que los arcos y sus arqueros también se congreguen en los Carriles. Las ofrendas monumentales son transportadas desde todos los puntos de manufactura hacía el barrio, y se dispondrán uno tras otro, según el orden que les fue asignado. La espera en la calle de Quintana Roo es amena: hay carcajadas, música y alegría popular. Los leones de tenchos -que en la actualidad se manufacturan con otros materiales - giran y se vuelcan en sí mismos. Los artesanos son acompañados por cargadores, individuos que acuden a colaborar voluntariamente con la faena, así como por niños y mujeres que, conformando un nutrido contingente, se han sumado a las ultimas ediciones.


Las cuadrillas de danzantes bailan al unísono. Sus pintorescos atuendos son un hermoso telón que precede al santo. Los cohetes nuevamente repican en las alturas y San Jerónimo hace su aparición. Tras su figura, los arcos son cargados para ocupar el lugar que les corresponde. Una vez en Los Carriles, los portadores colocan al Santo frente al templete instalado exprofeso para la celebración de la misa. El párroco de San Jerónimo comparte la palabra de Dios, pero los altavoces apenas se escuchan. Algunos rezan, otros prefieren caminar por el barrio para ver los arcos. Los arqueros se dan el tiempo de visitar los arcos elaborados por los otros barrios, se comparten bebidas y se extienden saludos.


Arco infantil destinado a la ermita de La cruz,
en la calle de independencia. 
Fotóg. Jorge Vela



Arco elaborada por la 4ta de Arteaga,
destinado al templo del Sagrado Corazón. Fotóg. Jorge Vela



Arco infantil del Jardín de niños "Juan Zilli". Fotóg. Jorge Vela



El león de tenchos. Fotóg. Jorge Vela



Arco juvenil elaborado por el barrio de La Cruz verde,
destinado al templo del Calvario, . 
Fotóg. Jorge Vela